6.23.2011

Indignados… con quién? - I: Los Actores de la Tragedia

Una conversación con un familiar cercano hace unos días fue profundamente reveladora: seguimos sin querer asumir nuestra responsabilidad en lo que está ocurriendo. Si me paro a pensar es uno de los reproches que le puedo hacer al movimiento 15M: Una falta profunda de autocrítica.

Da igual cuántas veces lo haya dicho ya, aquí va una vez más:

La culpa de la Crisis Española no hay que buscarla fuera. No es de Estados Unidos. Fue disparada por aquella, pero la culpa de la Crisis de Hispanistán es Ejpañola y su etiología es Inmobiliaria (una manera fina de decir que la culpa es de la burbuja inmobiliaria).

No, tampoco es de los malévolos Mercados. Y tampoco es del Capitalismo en si mismo, aunque es verdad que sea un modelo que muestra francos síntomas de estar agotado. Ya está bien de buscar fantasmas y asumamos que en España la hemos cagado pero bien a todos los niveles. Cierto es que todos no tenemos el mismo grado de responsabilidad y que en puridad los que más responsabilidad tienen son los que más duro tendrían que sufrir las consecuencias y que eso es lo que tenemos que exigir. Pero eso no nos libra de la parte que nos toca.

Si vamos a indignarnos tendremos que saber con quien y por qué. Y empezar el ejercicio por nosotros mismos.


Los Actores de la Tragedia

En 2007 España era un mar de ladrillos, grúas, cemento y asfalto. Todo se basaba en que el precio de los terrenos y los pisos había subido sin parar ininterrumpidamente durante los últimos 8-10 años y era un negocio con unos rendimientos extraordinarios.

Y es que los Hispanistaníes querían pisitos, zulos infames y adobados aún a precios totalmente absurdos, algunos para vivir (por que alquilar era tirar el dinero decían), otros para esporcular sin que les importara que fuera un bien básico (por que no iban a ser los más tontos de la clase decían).

Los primeros, Pepitos y Visilleras, no sólo no les molestaba que el precio no parara de subir, si no que hicieron de ello un mantra y absurdamente se alegraban de que así fuese por que cada vez su vivienda valía más dinero, lo que equivalía a sacarle jugosos dividendos (en su imaginación nada más, por que si el piso lo necesitaban para vivir de nada servía que se revalorizaran, salvo para venderlo y comprar otro igualmente revalorizado). Estos Inmomutilados de libro sin saberlo, aceptaron cipotecas a 30, 35, 40 años... lo que hiciera falta para entrar en el círculo de Ricos Poseedores de una Vivienda Propia. Muchas veces lo hicieron mal aconsejados por la generación anterior, que acostumbrados a vivir en una economía con una moneda débil (la peseta) que se devaluaba cuando fuera menester provocando grandes tasas de inflación anual (que a su vez incrementaba el sueldo vía IPC) recordaban que comprarse un piso "al principio dolía" pero con los años "cada vez era más fácil".

Los segundos son claros representantes del subgénero "Listo Ejpañol": Rocamboles y Pasapiseros, grandes culpables junto con las Inmobiliarias de que los precios se inflaran por especulación pura y dura. No necesariamente malignos pero si codiciosos, se convirtieron en sanguijuelas con cientos de miles de euros en cuentas robadas del futuro de un montón de jóvenes que inocentemente sólo querían dar un paso más en lo que se supone es ser adulto en la sociedad Hispanistaní.

La demanda agregada de ambos grupos incentivaron a los Construsaurios. Muchos de ellos de nueva cuna tenían "casualmente" relaciones estrechas con la Casta. Durante años se dedicaron a comprar a ayuntamientos mierdaterrenos a precio de oro en medio de la estepa manchega para levantar Paus y urbanizaciones enteras de la nada, o a adquirir pintorescos lugares de la costa española para después joderlos (deporte nacional) con chaletes y apartamentos. Al grito de "más dinero!" se servían de peones ladrilleros trabajando a destajo ganando el doble que un ingeniero superior y conduciendo bemeuves serie 3, y de inmigrantes sin papeles reclutados en plazoletas y metidos en furgonetas que les llevaban a la obra para trabajar en negro. Pagaban por servicios y materiales el doble de lo que valían, por que aquí si que funcionaba la ley de la oferta y la demanda (cagüendiez).

El Estado, inundado por la pasta proveniente de la recalificación y venta de unos terrenos cada vez más y más caros y recibiendo una cantidad ingente vía poner el cazo y vía impuestos empezó a crecer a todos los niveles y a invertir a su vez en obra pública, infraestructuras, pirámides y aeropuertos de cercanías y todo lo que les hiciera todavía más ricos a ellos y a sus amigos. Total, a los hispanistaníes, borrachos de ladrillo y de plusvalías les parecía lo correcto, por que si les ponían una estación de metro o de ave o un polideportivo se revalorizaban aún más sus pisitos. La Casta descubrió así que si en vez de parar a la bestia la seguían alimentando les seguían votando y podían seguir mangoneando! Nuestros tan amados como corruptos próceres debieron pensar que si era bueno para el pueblo y bueno para ellos que había de malo en ello?

Todo este desfase de dinero salía de algún lado, en concreto del Sistema Financiero más Sólido del Mundo. Entrar en un mercado cuyas reglas estaban definidas para una economía diferente a la hispanistaní (la alemana en concreto, no obstante podemos considerar el Euro como la digievolución del Marco), con una inflación muy contenida provocó un fenómeno financiero conocido como Interés Real Negativo, que quiere decir que cuando pedías prestado dinero el interés al que se te daba estaba por debajo de la inflación real. En cristiano: Traer dinero del futuro (hipotecarse) era en si mismo una manera de sacar rendimiento al dinero. Ellos compensaron las perdidas provocadas por esos intereses tan bajos con fuerza bruta, dando cantidades de dinero nunca antes visto a plazos nunca antes vistos, saltándose todos los controles establecidos.

Mención a parte hay que hacer de las Cajas de aHorror, que controladas por los políticos son las que "casualmente" más invirtieron tanto en ladrillo como en terrenos como en obra pública. El sistema financiero en manos del poder político que estaba forrándose con el tema. Autofinanciación... qué gran idea! Y por si acaso, no fuera que el Banco Central Español les agüara la fiesta, ya se encargaba el sistema de que al mando del barco fuera otro personaje designado políticamente. Todo atado y bien atado.

Y a todo esto los medios y economistas jaleando la Burbuja como las focas al macho alfa... en vez de hacer su trabajo y servir de contrapeso a lo que estaba pasando.

Con este panorama el drama estába servido, era cuestión de tiempo que algunos acabaran indignados.

3 comentarios:

  1. Anónimo24.6.11

    Extraordinaria reflexión. Lo fácil es siempre culpar a otro de las desgracias y no nos paramos a pensar qué es lo que hacemos cada uno de nosotros en nuestro pequeño entorno por cambiar las cosas, revisar nuestras relaciones con la gente que tenemos más cerca, ejercer la honradez antes de reclamarla a otros;

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  2. Me alegra que te haya gustado. Espero que las siguientes dos partes también lo hagan. Es verdad que hacer autocrítica es duro, pero no podemos ignorar la viga en nuestro ojo, por que es básico para entender lo que sucedió y nos pone en nuestro justo lugar como indignados, como bien dices no podemos exigir honradez si no empezamos por nosotros mismos.

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  3. Anónimo26.6.11

    También felicitarte por las entradas dedicadas a los aeropuertos. Se han hecho auténticas barbaridades. En León sería bueno también recordar el tema de Lagun Air, que por lo que voy sabiendo fue básicamente una empresa únicamente creada para pillar las subvenciones, una buena pasta, y luego quebrar. Quien me lo dijo se lo habían confirmado gente de Iberia.

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Ladrad malditos!