Indignados… con quien? - III: La Siguiente Gran Estafa

2007, una burbuja todavía no reconocida en los medios había tocado su zenit y ahora tocaba reventarla como era debido. A partir de entonces sólo quedaban dos salidas: con dos cojones, reconociendo lo que había y tomando medidas como los Suecos, o negando la mayor y sufriendo un languidecer económico tipo Japón, una crisis de la que todavía no se han recuperado (ni lo harán después de lo de Fukushima, se admiten apuestas). Teniendo en cuenta que Hispanistan dificilmente es comparable a la (por ahora) tercera economía mundial, el segundo camino se antojaba suicida y muchos cruzaban los dedos para que nuestros políticos tuvieran algo de la casta necesaria para corregir el rumbo del país. Ni de coña claro.

La siguiente gran estafa - La Deuda Pública

“De aquí a marzo, no quiebra ni Dios” fue la consigna dada por la oficina económica de Zetapetas a Cajas, Banco y Constructoras. Estábamos en manos de dirigentes con serias aspiraciones avestrucísticas, lo cual ya apuntaba que lo que vendría después no podría ser muy bueno. Las elecciones de marzo de 2008 se sucedieron, con un Solbes y un Zetapetas en fase de Negación Profunda. Utilizaron todos los eufemismos disponibles en el rico vocabulario castellano durante todo el año siguiente, más estupideces del tipo "desaceleración acelerada del descenso de la actividad económica del pais", para no decir algo que todos sabíamos: que había una Crisis de la hostia.

Pero no sólo eso, el sistema financiero más fuerte del mundo se negó a reconocer que gran parte de sus activos estaban sobrevalorados y que jamás iban a recibir lo que esperaban por el dinero que a su vez habían prestado. La misma postura de enroque adoptaron los Rocamboles, que no iban a perder dinero en la transacción, por que los pisos subir siempre suben y bajar nunca bajan y antes lo regalo al banco, o lo quemo, o lo alquilo que bajarle el precio. Los Pepitos y Visilleras se mostraron deacuerdo, era el paradigma económico que les habían inculcado, no podía ser de otra manera.

Una vez reconocida la crisis la siguiente vuelta a la tuerca del engaño a la población vino del mantra "hay crisis pero ya estamos saliendo" de la mano de la campaña publicitaria de los "vrotes berdes". "Vrotes berdes" que debían ser los que el gobierno se fumaba, por que por más que algunos nos esforzáramos no éramos capaces de ver NI UNO.

Aplicando medidas Keynesianas (que no podían funcionar, por que no estaban arreglando nada, simplemente seguir inyectando dinero en un sistema que ya había dejado de funcionar) tiraron de Deuda Pública para ayudar al sistema bancario y a las principales constructoras del país, y para seguir llevando (ahora que ellos no recibían tampoco su parte) una cortoplacista política populista a todos los niveles que permitiera mantener el status quo, como crear obra pública para crear puestos de trabajo ficticios y temporales. Así se nos pasó todo el año 2009 y así empezamos el 2010. Algunos nos empeñamos en señalar la locura pero no valió de gran cosa. Era indignante pero la peña no tenía ganas de saber que estaba pasando.

Mientras tanto seguían con sus tontunas de los vrotes berdes que culminaron en la catarsis cínica en forma de campaña Estoloarreglamosentretodos de manos de los mismos que nos habían metido en el agujero.  Mientras tanto el Estado seguía con la política impuesta ya antes de las elecciones: por decreto ley en Hispanistán no quebraba ni dios

Pero la actividad económica no se reactivaba, la deuda privada era brutal y la pública crecía a pasos agigantados.

Entonces llegó el toque de “los mercados”, ese ente malévolo que ahora resulta que nos odiaba. Ese toque consistió en decir que ya no nos prestaban más, que bastante nos habían prestado ya y que era momento de empezar a devolver. El 7 de Mayo de 2010 España quebró. No se ha reconocido oficialmente pero eso es lo que hay. Se le negó la refinanciación a un estado que en su conjunto es deficitario. Dado que España es el quinto PIB de Europa el propio Euro estaba en juego. El Banco de Europa se saltó sus propios estatutos para salvar el tema y empezó a comprar deuda y dando dinero a los bancos españoles para ayudar al país a poner los mecanismos para cambiar las cosas.

En Hispanistán no hicimos nada de entidad ni siquiera después del toque. Las medidas de austeridad son antipopulares y los políticos lo saben. Así que seguimos con lo nuestro, que si vrotes berdes por aquí, que si vrotes berdes por allá, que si falseando los stress test de la banca miserablemente, que si ave a Marinaleda de Nabalmedio, que si Aeropuerto en Matalascañas... Y mientras cavando un pozo cada vez más profundo, dando vueltas a la cadena de la deuda pública que ahora nos ahoga, ayudando a las entidades financieras a sanear sus balances a costa de que fuéramos nosotros los que pagáramos el pato: La Gran Estafa.

Y a pesar de eso, por increíble que parezca, la masa social seguía sin indignarse. Pero claro, si no querían enterarse como coño se iban a indignar!

Así llegamos al 2011. Cuatro años desde que explotó la puñetera burbuja inmobiliaria y sufriendo los embates de "los mercados" otra vez. Pero es que llega un momento en el que a los que nos prestaron dinero se les agota la paciencia y están hartos de que les engañen, por que ni ven que devolvamos el dinero, ni ven que se tomen en el país medidas para que eso sea posible alguna vez. Miserables les llamamos desde los medios de comunicación ahora! Hombre, su parte del palo se merecen por haber prestado a un país insolvente y vergonzoso como el nuestro para que aprendan, pero de ahí a demonizarlos va un tramo. De hecho los "mercados" no son buenos, ni malos, ni nada. Son el medio a través del cual gente, países y entidades financieras hacen sus apuestas. Pero, igual que se hizo con los controladores en su momento, esto no va de más que de echar balones fuera y señalar a otros como culpables, cuando son los Políticos los primeros responsables de lo que está pasando.

Es ahora que sufrimos las primeras consecuencias de las decisiones que esos Políticos tomaron y vemos que de vrotes berdes nada que nos indignamos (unos pocos todavía, pero ya seremos más ya, tiempo al tiempo). Cuando teníamos que hacerlo para pararles los pies no fuimos capaces y ahora que ya está montada, ahora, nos indignamos. Desdeluego tenemos lo que nos merecemos.

Tendríamos que estar indignados con nosotros mismos porque comprábamos casas sobrevaloradas sin protestar.

Indignados con nosotros mismos por firmar hipotecas sin leerlas.

Indignados con nosotros mismos porque en las Manifestaciones por una vivienda digna no había ni 500 personas.

Indignados con nosotros mismos porque especulamos con la vivienda.

Indignados con nosotros mismos por nuestra ya no solo tolerancia sino aceptación de “la cultura del pelotazo”.

Indignados con nosotros mismos por borregos, por seguir votando a los mismos que permitieron que esto pasara, por permitir la corrupción política, por permitir que nuestra educación se vaya al guano, que el poder jurídico no mantenga su independencia…

Indignados con nosotros mismos por no querer enterarnos hasta que ha sido demasiado tarde (que aburrido era enterarse cuando todavía podíamos haber cambiado las cosas verdad?)

Lo que tenemos ahora es un país en unas condiciones mucho peores que los que estában en 2007 (que ya era suficientemente malo), con un sistema financiero dopado y mentiroso que ha pasado de ser el más sólido del mundo a que no se lo crea ni dios (haganme el favor y ni se les ocurra meter sus dineros en Bankia, que eso esta de mierda hipotecaria hasta las cejas luego no digan que nadie les avisó) y un desgobierno total, con un bipartidismo que no son más que ratas ávidas de poder, despilfarradoras y con delirios de grandeza a los que no les importamos más que tangencialmente y que ha ocultado sistematicamente el deficit real de las autonomías y ayuntamientos (que se descubre ahora y por que cambia de manos, si no tampoco) y que va a ser una de las puntillas y de las vergüenzas más grandes que vamos a pasar en los próximos meses.

Pero no se de que nos extraña. Somos unos mierdas y tenemos lo que nos merecemos.